jueves, 20 de octubre de 2011

INVISIBLE

Mi niña, este mundo es muy duro.

Te tirarán y alzarán tu cuerpo como premio,
beberán tu sangre para hundirte en el Infierno,
pisotearán tu vida dejándola a escondidas.
Sólo te levantarás por mi,
y ni si quiera yo estaré a tu lado.
Por eso seguirás adelante,
hasta que algún día en una lejana orilla me oigas llamarte.
Correrás buscando el fin,
pero no me hallarás allí, ni si quiera tras de ti.
Sólo podrás encontrarme cuando la luna caiga del cielo,
y los pedazos de este frio invierno se recompongan.

Sólo querida niña, me encontrarás;
cuando te des cuenta de que no hay nada que buscar.


Atteneri González Herrera
AMARRANDO MI PASIÓN

Mírame otro segundo,
atraviésame con el acero de tus ojos,
tan cortante y frío que ata a mi respiración.
Juega con mi corazón
que mientras lo tengas tú sabré dónde está,
para cuando lo vuelva a buscar.
Necesito tu boca con la mia,
tu piel armando mis ganas;
quiero desmoronarme en ti
y volver a regirme como un fin.

Aunque no me veas delante
yo miraré por los dos,
amarraré tu andar al mio,
y pensaré que paseas conmigo.

No es que te quiera,
es que te deseo.

Despiertas tanto en mi,
que embriagas de ardor a mi corazón,
encapsulas mis sueños en tu pasión
y antes de darme cuenta te estoy escribiendo mi amor.
Te miro queriendo hablarte,
pero me quedo sin palabras cuando te escucho
me quedo sin aliento en un triste intento:
de verte y decirte lo que siento.


Atteneri González Herrera
LA COLINA DEL VIENTO

Temes no esperar, por miedo a olvidar.
Por eso escribes, para recordar que le esperas
y no pensar que él te olvida.

Cuando el sufrir es tan hondo:
las palabras se quedan vacías,
no hay lamento capaz de acoger la pena entre sus llantos.
Se lleva por dentro; ese amor, esas ganas de seguir,
aunque nos entierren en la más triste oscuridad,
los violines siguen cantando su melodía desgarradora.
Alimento para nuestra alma ese sufrir,
tinta para la pluma que se ahoga tras unos sentimientos:
indescriptibles para las palabras.
Me niego a creerlo, no puedo dejarte,
eres más fuerte que yo,
eres quien me ayuda a abrazar mi destino cada mañana.
Por ti sigo y no me detendré hasta alcanzar esa meta,
esa que esta en lo más alto de esa colina
en la cual una vez estuviste por mi.
Pienso que allí estarás tú esperándome con tus brazos,
acogiéndome una vez más con tu mirada.

Lloro porque cuesta llegar,
pero más dolería dejarte marchar.


Atteneri González Herrera

Pedazos de mi vida

LA LÍNEA FINAL

Necesito oir tu voz tras la puerta,
aunque sea saber que estás cerca
pero no puedo saber dónde te encuentras
mi vida se desmorona y tú no estás en ella.
No recuerdo el sonido de tu voz,
no recuerdo el ritmo de tus pisadas
no recuerdo tu mirada penetrante
pero recuerdo lo mucho que te quería.
Porque no sé quién eres, ni quién has sido,
sólo sé lo que eres para mi
Por ello te suplico que vuelvas,
que me abraces y me llames como lo hacías antes,
porque no hay vida sin tiempo,
pero sí hay un fin del cuento.


Atteneri González Herrera

domingo, 2 de octubre de 2011

Hola a todos, muchas gracias por empezar a leer mi blog. Espero que vuestras expectativas queden cumplidas con la lectura de mis reflexiones.

Este blog es la continuación de "http://attecreatividad.blogspot.com". Seguirá mucho la línea de creatividad poética pero sin incluir trabajos de la asignatura para la que fue hecha esta.
Tengo muy presente que este blog no lo leerán muchísimas personas, yo sólo aspiro a que lo lea esa persona que lo necesite, esa persona que esté esperando el momento de encontrarse con su destino en el instante en el que menos se lo esperaba, en la persona o la circunstancia que no tenían tanta importancia como pensaba.
Me gustaría hacer ver que se puede estar en medio sin necesidad de caerse por un extremo.

Ahora os pondré unas líneas de un sentimiento que me hizo encontrarme conmigo misma cuando todo apuntaba a que estaba en el camino adecuado.

Despiertas sin que yo te llamara,
seguías en mi aunque parecía que te habías ido.
Y vienes ahora a hacerme renunciar
a todos mis nuevos proyectos.
Vuelves a inundarme con esperanzas y sueños.
¿Qué hago ahora? Si ya no sé qué es verdad
y qué es lo mejor.
Me tambaleo, me caigo, me arrepiento.
Dudo de mis metas, de mi corazón
y sigo dudando de ti.
Si encontrara el sendero que me guie,
las señales que me lleven y me digan que sí,
que es mi camino, mi mundo y mi felicidad;
ataría las tormentas con una mano,
anclaría mis verdades a ese destino,
volaría sin miedo a tropezar.